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La poeta Gloria Gervitz (DF, 1943), autora de este poema que está abajo, que es parte del poema largo "Migraciones", estará este viernes en Tijuana, en el Instituto de Cultura de Baja California y la entrada será libre.
Lectura:
"La poesía es una ama ingobernable", con la poeta Gloria Gervitz
Viernes, 8 agosto, 19:00 horas
Sala Audiovisual, ICBC
(Entre Palacio Mpal. y Gob. del Edo)
Entrada libre
Más info:
Tel. 687-44-61 / cel. 118 5784
Les adjunto más información de ella y otros poemas, además del flyer. Si saben de alguien que le gustaría asistir, por favor reenvíaselo.
*

Las palabras se curvan se tocan se oscurecen

Alguien afuera abre una puerta alguien toca el piano

Las palabras se guardan y se olvidan

No te debo nada tiempo

Sigo el movimiento del sueño sus huellas pequeñísimas

Sigo el movimiento del río su peso sus partículas su silencio

sus larvas sus laberintos las estrellas que flotan como cáscaras

Quedan los fresnos

la pared llena de fotografías

la mañana

la espesa la temida

la mañana para no ser vista la mañana para llorarme

la larga la indefinible la quieta mañana

El aire se arquea con el peso de las acacias

Gloria Gervitz

Nació en la Ciudad de México, en 1943. Estudió Historia del Arte en la Universidad Iberoamericana. Becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) en el área de poesía en 1993. Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte de 1997-2003.

Durante 27 años la autora ha escrito y publicado un largo poema con el título de “Migraciones”. Las primeras partes del poema “Migraciones”, fueron publicadas por el Fondo de Cultura Económica en 1991. Anteriormente se habían publicado en ediciones marginales.

En 1992, se publicó una selección de “Migraciones” en el número 176 de los Cuadernos de Material de Lectura de la Universidad Autónoma de México.

En 1996, la editorial El Tucán de Virginia reeditó “Migraciones”. Esta edición incluye cinco de las partes del poema.

En 2002, el Fondo de Cultura Económica en su colección Letras Mexicanas publicó nuevamente “Migraciones”. Esta edición incluye seis de las partes del poema.

En el 2003, la editorial suiza Teamart Verlag, publicó una antología bilingüe alemán-español de una selección de “Migraciones” traducida por Rita Catrina Imboden.

En 2004 la editorial inglesa Shearsman Books y la editorial norteamericana Junction Press, publicaron su obra completa, “Migraciones”, traducida por Mark Schafer. Estas ediciones bilingües incluyen “Septiembre”, séptima y última parte del poema.

Fragmentos de “Migraciones” han sido traducidos al alemán, francés, hebreo, inglés, italiano, japonés, portugués y ruso.

Poesía de Gloria Gervitz ha sido publicada en múltiples antologías en México y en el extranjero.

En 1995 tuvo una beca del Fideicomiso para la Cultura México- Estados Unidos, para traducir la obra de la poeta norteamericana Lorine Niedecker. También ha traducido poesía de Kenneth Rexroth, Samuel Beckett, Susan Howe y Rita Dove.

Gloria Gerviz ha dirigido talleres de poesía en Campeche, Chetumal, Tijuana y Mérida.


OBRA PUBLICADA: Poesía: Shajarit, e.a., 1979. || La poesía en el corazón del hombre (colectivo), UNAM/INBA, 1987. || Del libro de Yiskor, FCE, 1991. || Fragmento de ventana, FCE, 1991. || Leteo, FCE, 1991. || Migraciones, FCE, Letras Mexicanas, 1991; Migraciones/Ein Erwchen auf der anderen Seite (traducción al alemán de Rita Catrina Imboden), teamart, Zürich, 2003; Migrations/Migraciones, (traducción al inglés de Mark Schafer), Junction Press, San Diego, 2004. || Gloria Gervitz (selección e introducción de Raúl Dorra), UNAM, Material de Lectura, núm. 176, 1992. || Pythia, CONACULTA, 1993. || La américa judía (colectivo), Universidad de Puerto Rico, Puerto Rico, 1998. || Pristina y la última piedra (colectivo), Aldus, 1999.

Citas de Gloria Gervitz

«Siento que la persona menos indicada para hablar de una obra es el mismo autor. Eso le queda a los lectores. Uno escribe y que cada quien interprete. A mí no me gusta hablar de mi trabajo porque siento que predispone y condiciona la lectura a través de ciertas cosas personales que nada tienen que ver con el texto».

«Hace muchos años, en otra entrevista me preguntaron qué pasaría si dejara de escribir y respondí que me moriría en vida. Pero uno afortunadamente cambia: ahora, de un tiempo para acá, siento que si lo que escribiera ya no dijese nada o fuera un plagio de mí misma, lo que más desearía sería tener la humildad de saberme quedar callada».

(De una entrevista con Svetlana Larrocha: http://www.elnavegante.com.mx/rev-12/entrevista.html)


Fragmentos de sus poemas:::

*

Las palabras se curvan se tocan se oscurecen

Alguien afuera abre una puerta alguien toca el piano

Las palabras se guardan y se olvidan

No te debo nada tiempo

Sigo el movimiento del sueño sus huellas pequeñísimas

Sigo el movimiento del río su peso sus partículas su silencio

sus larvas sus laberintos las estrellas que flotan como cáscaras

Quedan los fresnos

la pared llena de fotografías

la mañana

la espesa la temida

la mañana para no ser vista la mañana para llorarme

la larga la indefinible la quieta mañana

El aire se arquea con el peso de las acacias



Shajarit (Fragmentos)

La memoria, donde se la toque, duele
Giorgios Seferis



El agua en su silencio de raíz
En su oscura lentitud de raíz
Se abre temblando

El día se bifurca
Los árboles se llenan de aire y de ruido
El cielo se hunde en la luz

Quedan las palabras

* *

En las migraciones de los claveles rojos donde revientan cantos de aves picudas
y se pudren las manzanas antes del desastre
Ahí donde las mujeres se palpan los senos y se tocan el sexo
en el sudor de los polvos de arroz y de la hora del té
Flujo de enredaderas a través de lo que siempre es lo mismo
Ciudades atravesadas por el pensamiento
Miércoles de ceniza. La vieja nana nos mira desde un haz de luz
Respiran estanques de sombras, llueve morados casi rojos
El calor abre sus fauces
Abajo, la luna se hunde en la calle
y una voz de negra, de negra triste, canta. Y crece
Incienso de gladiolas, barcas
Y tus dedos como moluscos tibios se pierden adentro de mí
Estamos en la fragilidad de la corteza del otoño
En el parque rectangular
en la canícula, cuando los colores claros son los más conmovedores
Después de Shajarit
olvidadas plegarias, ásperas
Nacen vientos levemente aclarados por la oración, bosques de pirules
Y mi abuela tocaba siempre la misma sonata
Una niña toma una nieve en la esquina de una calle soleada

[...]

Y mi abuela me dijo a la salida del cine
sueña que es hermoso el sueño de la vida, muchacha
Bajo el sauce inmerso en el verano sólo la impaciencia se demora
Dóciles nubes descienden hacia el silencio
El día se disipa en el aire caliente
Estalla el verde dentro del verde
Bajo el grifo de la bañera abro las piernas
El chorro de agua cae
El agua me penetra
Es la hora en que se abren las palabras del Zóhar
Quedan las preguntas de siempre
Me hundo más y más
La luz late desordenadamente
En el vértigo del Kol Nidrei antes de comenzar el gran ayuno
En los vapores azules de las sinagogas
Después y antes de Rosh Hashaná
En el color blanco de la lluvia en la Plaza del Carmen
mi abuela reza el rosario de las cinco
y al fondo precipitándose
el eco del Shofar abre el año
En las vertientes de las ausencias al noreste, en el estupor
desembocan las palabras, la saliva, los insomnios
y más hacia el este me masturbo pensando en ti
Los chillidos de las gaviotas. El amanecer. La espuma en el azoro del ala
El color y el tiempo de las buganvilias son para ti. El polen quedó en mis dedos
Apriétame. Madura la lluvia, tu olor
de violetas ácidas y afiebradas por el polvo
las palabras que no son más que una oración larga
una forma de locura después de la locura
Las jaulas donde se encierran los perfumes, las alegrías interminables
la voluptuosidad de nacer una vez y otra, éxtasis inmóvil
Muévete más. Más
Pido mucho. Eres más bella, más aterradora que la noche
Me dueles
Fotografías casi despintadas por la fermentación del silencio
Corredores abiertos
Tu respiración aplasta el verano

[...]

En los lavaderos del sueño desde donde se desprende ese vaho
de entrañas femeninas inconfundible y anchuroso
te dejo mi muerte íntegra, intacta
Toda mi muerte para ti
¿A quién se habla antes de morir? ¿dónde estás?
¿En qué parte de mí puedo inventarte?

[...]

De Migraciones [México: FCE, 2002]


En el entorno familiar ―de emigrantes judíos procedentes de Ucrania― Gloria Gervitz (Ciudad de México, 1943) aprendió a tejer sus versos con paciencia y silencios, con amorosas preguntas, con todas las voces femeninas que le alimentaron, como la de su abuela paterna, a la que nunca conoció y "por eso pude inventar sus sueños". En su obra poética somos testigos de la diversidad cultural, su particular concepción del mundo y un lenguaje surgido de la más pura introspección.

Su infancia transcurrió en colegios yiddish. La poeta reconoce que en su familia, a la literatura no se le daba ningún valor, pero que desde niña fue una lectora apasionada. A los doce o trece años escribió unja novela, Emma, lo cual ―confiesa Gervitz― no la hace descubrir su vocación.

Estudió historia del arte en la Universidad Iberoamericana y fue profesora e investigadora de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la UNAM. Ha traducido la obra de Ana Ajmátova, Marguerite Yourcenar, Samuel Beckett y Clarice Lispector.

Su vocación literaria se puede descubrir en 1971, cuando se inscribió al taller de poesía de la UNAM, fundado, entre otros, por David Huerta, Marco Antonio Campos, Víctor Manuel Toledo y Eduardo Santos, con quien Gervitz contraería matrimonio.

Fue becaria del FONCA, en poesía, en 1992; y en 1995 del Fideicomiso para la Cultura México–Estados Unidos, en traducción. Es miembro del Sistema Nacional de Creadores Artísticos desde 1997 y ganadora del Premio Fernando Jeno en 1986.

Ha publicado Shajarit, Del libro de Yiskor, Fragmento de ventana, Leteo, Migraciones y Pythia. Parte de su poesía ha sido traducida al inglés, francés, italiano, alemán, portugués, hebreo y ruso.

Sobre su proceso creativo, la poeta afirma: “La necesidad de escribir es algo misterioso, difícil de explicar: puedes pasar temporadas largas en que no escribes nada y piensas que te secaste y, cuando menos lo esperas, vuelve a surgir el impulso… y escribes, escribes y escribes. Escribir poesía es como un acto de fe, nunca vas a saber si lo que escribiste valió la pena; en última instancia lo que sí valió fue el haberlo intentado”.

Gloria Gervitz ha escrito, durante veinticinco años, un mismo poema de gran aliento: Migraciones. La primera parte, Shajarit (oración de la mañana), apareció en 1976, y más tarde otros cinco segmentos alrededor de la memoria y el olvido: Yizkor (recuerda), Leteo (olvido), Pythia (pitonisa), Equinoccio y Treno (lamento).

Así, la obra de Gloria Gervitz, desde su origen, es un solo poema largo al que, con el transcurrir del tiempo, se van incorporando los libros recientes, como si cada uno de éstos fuera un apartado de la obra completa.

Sobre su Migraciones, Gloria Gervitz afirma: “Intenté dar voz a los recuerdos olvidados, a esas mujeres que emigraron de Rusia y de Europa Central (entre ellas mi abuela paterna) a un país del que sólo sabían que estaba en América. Estas voces se funden con la más antigua; la de mi abuela poblana; quizá por eso, en mi poesía aparecen sueños soñados en español, en yiddish y en ruso. Porque la memoria traiciona y no puede callar esas voces. Pero quizá también estos poemas son una manera de romper la distancia que me separa de mí misma.”

Habrá que señalar que la poesía de Gloria Gervitz no tiene paralelo en nuestro país, se trata de una propuesta escritural que ha echado sus raíces desde hace décadas y sin darnos cuenta ha crecido hasta mostrarnos su majestuosidad y darnos un remanso en el bosque de la literatura mexicana.

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